Tecnología y didáctica o cómo mezclar churras con merinas

Desde que en septiembre estuve en el XXII Congreso de ASELE, tengo pendiente un post sobre este tema. Todo surgió por un comentario de Vicenta González. Desde entonces, no se me quita de la cabeza. Además, hace unos días, me lo ha recordado un tweet (muy acertado) de Ainhoa Ezeiza.

En septiembre, Vicenta me comentaba, con una pizca de desazón, que cada vez que acudía a un taller o comunicación sobre una herramienta TIC echaba en falta la justificación didáctica de su uso. Los ponentes se extendían en la explicación detallada de cómo se utilizaba pero obviaban lo básico: ¿por qué usarla?

Tengo que reconocer que, durante un tiempo, la novedad de una herramienta TIC me deslumbraba. La llevaba al aula por pura novedad. ¿Cuál ha sido el resultado? Una larga lista de fracasos absolutos que me ha hecho reflexionar acerca de la causa. Y la causa no era más que la ausencia de una reflexión previa acerca de los objetivos didácticos que perseguía al usar una herramienta determinada.

Mi fracaso más rotundo ha sido el uso de blogs en el aula. También ha sido el más hiriente porque era incapaz de comprenderlo: Mi blog de profesor funcionaba a las mil maravillas y, sin embargo, mi blog de aula no acababa de arrancar. ¿Pero por qué funcionaba uno y el otro no? Porque el objetivo de mi blog de profesor estaba claro: reflexionar sobre mi actividad docente, compartir mis actividades… Sin embargo, si alguien me hubiera preguntado por qué usaba un blog de aula, ehhh… me hubiera costado contestarle. Probablemente hubiera aparecido la manida justificación -a la que también debo un post- de que los blogs motivan a los alumnos.

Ahora que el boom de las herramientas web 2.0 se ha calmado relativamente, ahora que ya empieza a dejar de estar de moda el usar las TIC, es un momento perfecto para observarlas detenidamente y analizar más objetivamente sus bondades y sus debilidades. La tecnología es una herramienta, un medio. Solo será un fin en sí misma cuando el curso verse sobre su uso. Pero ese no es el caso en un aula de ELE. Parece una obviedad, pero es recomendable repetírselo de vez en cuando. No mezclemos churras con merinas: la tecnología no puede sustituir a la didáctica. Es la didáctica la que tiene que decidir si el uso de una herramienta determinada es beneficioso y justificable en un curso. Si el orden es el inverso, entonces estamos desorientados y otorgando a la tecnología un papel que no le corresponde. Un papel que suele derivar en frustraciones y fracasos.

Fuente de las fotografías:

Acerca de Guillermo Gómez Muñoz

Soy profesor de Lengua Castellana y Literatura, y de Latín en el colegio Claret Askartza de Leioa.
Esta entrada fue publicada en Diario de un profesor en apuros, Web2.0 y etiquetada , , , . Guarda el enlace permanente.

16 respuestas a Tecnología y didáctica o cómo mezclar churras con merinas

  1. Pingback: Profesor de ELE en apuros » Blog Archive » Tecnología y didáctica o cómo mezclar churras con merinas | FENT PUNXA AL LLAPIS | Scoop.it

  2. maru dijo:

    Esa es la clave y a la conclusión que llegué tras mis primeros intentos. Hy que tener claro que las TIC son un medio para aprender y enseñar pero no son en ningún caso un fin. Es necesario compaginarlo con conocimientos y no hay que equivocarse: hay que seguir enseñándoles, dándoles teoría etc. Sin eso, las TIC durarán menos de dos telediarios.
    Yo creo que todos, al principio cometemos el mismo «error» y creo que eso forma parte del aprendizaje y de las TIC.
     

    Me gusta

  3. Ya me supongo que no te va a servir de consuelo, y, además, también supongo que serás consciente de ello, pero te puedo asegurar que no es el de la educación el único terreno en el que las TIC, con ese potencial deslumbrador al que tan bien aludes en tu artículo, no son utilizadas de la manera más adecuada. En esto, como en casi todo, reflexión y prudencia son las mejores consejeras…
    Saludos cordiales y buen día.

    Me gusta

    • @Manuel Tienes toda la razón. No afecta solo al mundo educativo. Lo que ocurre es que en el contexto educativo es muy palpable.

      @C Disculpa la ironía, pero ¡eso sí que es un análisis profundo de los problemas de la educación! Con análisis como el tuyo, sí que vamos a avanzar mucho en la mejora del sistema educativo. Por otro lado, creo que te has equivocado de blog, fundamentalmente, porque este no es el blog de un profesor funcionario. En cualquier caso, estaría bien que dejáramos de generalizar: hay profesores muy buenos, buenos, regulares, malos y muy malos, como en cualquier otra profesión. Si quieres entrar en contacto con toda una serie de profesionales de la educación como la copa de un pino (algunos funcionarios y otros no), pásate por mis listas de Twitter. Ahí encontrarás una larga lista de ejemplos.

      Me gusta

  4. c dijo:

    El problema del profesorado en este país es que es bastante malo, preocupado en conseguir una plaza de funcionario a toda costa. ¡Más práctica, menos chapas!

    Me gusta

  5. Juan M. Fernández dijo:

    Yo lo que creo es que estamos sustituyendo la tecnofilia con la tecnofobia y viceversa (los que antes eran tecnófobos ahora son tecnófilos), quizá como muestra de nuestra inseguridad ante la educación (o tal vez como muestra de nuestro interés y de nuestras ganas de «hacerlo mejor»). No cuestiono tu post aunque me parece que tú ya has superado esa fase (esa en la que nos preguntamos: ¿por qué?) así que no sé… Para mí la respuesta es muy simple: porque están ahí (las tecnologías). Que nos gusten o que no nos gusten, que las entendamos o no las entendamos, que sean útiles o no sean útiles, obviarlas es no querer ver la realidad. En la medida en la que las tecnologías usadas vayan más allá de lo cotidiano de nuestros estudiantes estaremos exagerando y su sentido estará solamente en la necesidad de nuestra propuesta. ¿Por qué te planteas los fracasos del uso de la tecnología y no te planteas los fracasos de una didáctica sin internet como centro/parte (digo internet porque en el fondo un boli, una pizarra, una tele o un cassette son también tecnología)? o mejor, ¿por qué separas las dos cosas? Además, ¿estás seguro del fracaso de tu blog de aula? 
    Bueno, me temo que me estoy alargando.
    Un saludo 

    Me gusta

    • Juan, muchísimas gracias por tu comentario. Me ha hecho reflexionar sobre mi propia reflexión, lo cual se agradece un montón.
      Yo me sitúo en el bando de los tecnófilos. Desde siempre me han gustado las TIC y siempre ando pensando cómo llevarlas al aula. Como tú dices, ya he superado esa fase del porqué, pero creo que hay que distinguir entre dos porqués. Hay uno general (¿por qué llevar las TIC al aula?) que, como tú bien dices, se cae por su propio peso: porque están ahí, porque no se puede entender nuestro mundo sin ellas, porque los alumnos (especialmente los jóvenes) las usan constantemente y porque ofrecen posibilidades educativas increíbles. Pero hay otro porqué más específico y a ese es al que me refiero en el post: ¿por qué llevar esta herramienta concreta al aula? Ahí es donde creo que, a veces, nos deslumbran las TIC. Y ahí es donde creo que es imprescindible una reflexión previa. Llevar una herramienta TIC al aula porque sí, en mi opinión carece de sentido. Y, muchas veces, es previa la elección de la herramienta a la justificación didáctica, cuando en general creo que debería ser al revés.
      Buff, y corto aquí, que yo sí que me estoy alargando 🙂
      Un abrazo.

      Me gusta

  6. Juan M. Fernández dijo:

    Pero también en el segundo caso nos equivocamos al separar tecnologías y no tecnologías (y repito que casi todo lo que usamos es tecnología). Imagina que te señalan un nuevo servicio 2.0 (o lo que sea) que te deslumbra y dices: guau, esto lo quiero usar en mis clases, les va a encantar. Vale. No hace mucho le compré en España a mi hija un librito que está muy bien, sirve para generar frases sin sentido, en cada página hay una frase dividida en funciones mediante pestañas (sujeto, acción, complementos), moviendo las pestañas a tu antojo se forman frases divertidísimas. En cuanto lo vi, dije: «guau, esto lo quiero usar en mis clases, les va a encantar» Se lo compré a mi hija como quien compra un ibertrén a su hijo de tres años (no sé si todavía existe el ibertrén). Pues no funcionó. Pero me cuestioné qué había planificado mal y no si era que los estudiantes de hoy quieren tecnología o que lo «analógico» ya no funciona. ¿Por qué dividimos las dos cosas?
    Por si te interesa el final de la historia, me replanteé la actividad y luego me ha funcionado a veces pero otras no (porque sí, también tu estado de ánimo, el tiempo, el grupo o el resultado del partido de la juve tienen que ver). Pero incluso cuando no me funciona pienso que he puesto una pica en Flandes porque he comprendido que lo que más me gusta de ese libro es el complemento directo de persona que en italiano se construye como tal (complemento directo y por tanto sin preposición) y que con el librito en cuestión algo se les queda. Que me funcione o no para lo que tenía pensado no significa que haya fallado, siempre queda lo que el profesor no consigue ver.
    ¡Cómo nos enrollamos!
    Un abrazo 

    Me gusta

    • Juan, no te preocupes por enrollarte, que tus reflexiones siempre son muy enriquecedoras. Estoy completamente de acuerdo contigo en que no hay que distinguir entre lo analógico y lo tecnológico. Pero a lo que yo iba era a la necesaria reflexión sobre cualquier elemento que introduzcamos en el aula. En tu actividad con el librito, había claramente una reflexión y una justificación didáctica. Eso es lo que hace que, pese a que la actividad no siempre funcione con los estudiantes, valga la pena llevarla al aula. Porque, como tú dices, «siempre queda lo que el profesor no consigue ver». Y luego está el hecho de que a veces la impresión del profesor difiere mucho de la de los alumnos. A mí me pasa con las wikis. Yo estoy hasta el gorro de ellas y, sin embargo, en las evaluaciones del curso que hacen mis estudiantes, les encantan 🙂

      Me gusta

  7. Juan M. Fernández dijo:

    Claro, a lo que me refiero es a que esa reflexión de la que hablas tiene que dirigirse al contenido y no al contenedor. Me parece que la idea de considerar las TIC desde su valor añadido está equivocada. En tu post posterior a este hay un comentario que termina diciendo que muchas veces lo que hacemos con las TIC lo podemos hacer sin ellas. Esto es verdad, solo que el comentario parecía ir contra eso, o sea, de utilizar las TIC solo cuando aportan algo. O sea, de fijarnos en el contenedor, que tiene que aportar. Sinceramente, no me importa usar las TIC o no usarlas en función de lo que aportan al estudiante. Prefiero que escriban en un blog que en una hoja, en el blog no se pierde lo que escriben, lo leo con más facilidad, contextualizan con fotos… pero sí, es verdad, si escriben simplemente lo que han hecho la semana anterior podían haberlo hecho con una hoja y un boli. ¿Y ya por eso debo preferir la hoja y el boli? ¿Qué aportan la hoja y el boli? La verdad, si les mando una redacción en casa, eso mismo lo podían haber hecho con un ordenador. ¿O lo he hecho para que mis alumnos vean lo moderno que soy que ya estoy de vueltas de las TIC? Esto es irónico, claro.
    Mi punto de vista es que no debemos usar las TIC «solo cuando aportan algo más», «solo cuando nos dan algo que no nos puede dar un lápiz y una hoja» Prefiero usar las TIC para casi todo, siempre y cuando su uso no me quite. Tiempo, por ejemplo (mío y de los estudiantes).  Sí entiendo que no podemos plantearnos: bueno, voy a ver qué preparo que esté bien para mis alumnos y que use las TIC. Y para mí, aquí se acaba la historia. Nos planteamos qué queremos hacer en clase. El como es accesorio y por mi parte el como será lo que es más cómodo para mí y mis alumnos.
    A seguir bien 

    Me gusta

    • Creo que coincido contigo en todo lo que comentas. Pero mis críticas van hacia la falta de reflexión que observo en muchas prácticas con TICs precisamente porque a veces se usan solo por parecer moderno. Quizás me haya expresado mal dando a entender que solo hay que usar las TIC cuando aporten algo. Creo que, en general, siempre aportan algo. De todos modos, tampoco creo que haya que irse al extremo contrario: usarlas para todo. Por ejemplo, que los alumnos escriban usando un blog (en lugar de boli y papel), perfecto. ¿Pero qué tipo de escrito elaboran en el blog? Porque usar un blog para las típicas redacciones de aula de toda la vida… ahí es donde no le veo el punto. Que usen el ordenador para escribirlas, perfecto. Que lo cuelguen en una plataforma online de la clase, perfecto. ¿Pero un blog para eso?
      Por cierto, muchas gracias por todos tus comentarios, Juan. Son una gozada porque a mí es al primero al que me hacen reflexionar. Ah, y perdón por el retraso al contestar a este último comentario tuyo. Llevo semana y media con necesidad de descanso y me conecto poco.
      ¡Un abrazo!

      Me gusta

  8. Ester dijo:

    ¡Hola Guillermo! Lo primero, decirte que me encanta tu blog y no puedo evitar sonreir cuando me siento identificada con un montón de cosas que comentáis. Yo también, por mi formación, soy una fanática de Internet, de las redes sociales, y continuamente busco excusas para llevar estas herramientas al aula. Ahora, como vosotros, me he enganchado irremediablemente a Edmodo, a Moodle…

    Soy profesora de ELE en una escuela pequeñita. Lo bueno que tenemos es que al ser un centro tan familiar, puedo «experimentar» con mis estudiantes y me perdonan todas mis chaladuras (qué majos). También me he dado cuenta de que muchas veces, me sorprendo a mi misma buscando justificaciones para llevar «herramientas virtuales» al aula. Ahora, que he descubierto Edmodo, me paso el día machacándome los sesos pensando en cómo podría usarlo con mis alumnos. Pero si te pones a pensarlo, es algo tan absurdo como pensar «ah, qué boli tan chulo, ¿qué excusa podría tener para usarlo en el aula?» Creo que las redes sociales y las plataformas educativas deben ser un medio y no un fin, como decís. Pero es curioso porque en las instrucciones de estas plataformas nunca ofrecen ideas didácticas sobre cómo utilizarlas. ¿Exámenes online?¿Subir archivos? Sí, muy bien. Pero ¿para qué queremos eso si lo podemos hacer en el aula?

    El problema es que creo que les intuímos tantas posibilidades que nos emocionamos antes de hacer una reflexión sobre cómo utilizarlas (como bien dices). Mis reflexiones actuales son que se debería usar, por ejemplo, Edmodo, para cubrir una necesidad que mis clases actuales no me estén cubriendo. Pero ¡si ya practicamos todas las destrezas en el aula! ¿Para qué necesitamos un ordenador?

    No sé si es un poco atrevido, pero propongo este blog para sugerir ideas sobre cómo utilizar las redes sociales con nuestros estudiantes.

    Y os lanzo la primera sugerencia para todo aquel que quiera participar.

    – Uno de los usos más generalizados de Internet es conocer gente nueva. Ligues, amigos, gente con nuestros intereses… ¿Qué os parecería una actividad poniendo en contacto a dos alumnos de escuelas diferentes? Pongamos un escenario: grupo A1 que han aprendido las preguntas básicas para presentarse a si mismos. Pues a través de una red social, o chat, mantienen una conversación (pero dentro de nuestra aula física) con otro estudiante. Al final, deberán hacer una presentación a sus compañeros del aula física sobre el estudiante con el que ha hablado.

    – Otra sugerencia: una clase, prepara preguntas sobre un personaje famoso secreto. Lanza una cada día a través de twitter. En la escuela compinchada, al inicio de cada clase leen la pregunta y van discutiendo sobre quién puede ser. Cuando lo aciertan, se lo comunican a la otra clase. Podría haber algún elemento motivador como un premio o algo. El hacerlo a través de twitter permitiría a varias escuelas seguir las preguntas y que fuera como una competición rotatoria.

    En ambos casos, estamos practicando los contenidos didácticos de un nivel A1. Pero imaginad las posibilidades con niveles más altos… Debates sobre temas concretos entre clases de escuelas diferentes etc.

    Al final, las redes sociales ponen en contacto a gente, y nuestro problema es que «nuestra gente» ya está en contacto en el mismo aula.

    Perdonad el rollo que os he metido, es solo que me dejo llevar por el entusiasmo… 🙂

    Me gusta

    • Hola Ester:

      Muchas gracias por tu comentario y por todas tus aportaciones. Todas ellas me parecen muy interesantes. Creo que has tocado unos cuantos temas que han ido surgiendo en los comentarios que hacía también @Juan (aunque él difería en las reflexiones). Yo estoy convencido de que las TIC son una herramienta, un medio y no un fin. De todos modos, tal y como decía Juan, las TIC no tienen siempre por qué aportar algo nuevo y diferente. Pueden ser sin más otra forma de hacer las cosas (en lugar de con boli y papel, con un ordenador). Yo estoy un poco a medio camino entre las dos opiniones. Creo que las TIC son un medio que puede aportar algo más (o no), pero que sobre todo nos tienen que hacer la vida más fácil.

      Como tú dices, a veces nos deslumbra el poder innovador de las TIC. Tú destacas lo más interesante de las TIC: la comunicación. Y las situaciones que planteas serían ideales, aunque a veces difíciles de organizar. ¿Qué edades tienen tus alumnos? Mis alumnos nos jóvenes universitarios. Podíamos pensar en organizar alguna actividad colaborativa. ¿Qué te parece?

      Me gusta

  9. Ester dijo:

    Pues Guillermo, me parecería muy divertido organizar algo. Mis alumnos suelen tener entre 20 y 30 años así que creo que podría ser muy interesante. ¿Qué te parece si pensamos algunas ideas y lo ponemos en común? Quizás sería más fácil de organizar si no fuera una actividad que tuvieran que realizar al mismo tiempo, tipo chat por tema de horarios etc. ¿En qué ciudad estás? Podría ser algo relacionado con las ciudades donde viven y que tuvieran que compartir información…

    Me gusta

Deja un comentario