Del verbo funcionar, en boca de profes ELE y otras historias

Esta entrada ha sido escrita a cuatro manos por María Lasprilla y Guillermo Gómez. Hoy se publica simultáneamente en nuestros blogs.

El verbo funcionar, uno de los preferidos en el discurso de los profesores de ELE, significa, según el DRAE:

«1. intr. Dicho de una persona, de una máquina, etc.: Ejecutar las funciones que le son propias.
2. intr. Ir, marchar o resultar bien. El negocio funciona como esperaba.»

@cometa23 y @marialasprilla, tal y como nos conocen en el maravilloso mundo de Twitter, venimos a desentrañar el significado que hay detrás de esta palabra cuando los profes la usamos.

@cometa23: María, ¿tú sueles usar esta frase: “Esta actividad siempre me funciona en clase”?

@marialasprilla: ¡Uf! Claro, esa, o su equivalente “me resulta”, aunque lo de siempre, no estoy segura 🙂

@cometa23: Siempre me ha parecido curiosa la expresión, aunque yo también la use. Lo más curioso es que no sabría definirla.

@marialasprilla: Parece difícil, ¿no? Pero así, tan corta, parece que esconde toda una maraña de pasos que damos los profes hasta que llegamos a esa conclusión. Veamos, por ejemplo, ¿antes o después de qué la sueles usar tú?

@cometa23: No sé, yo diría que la suelo usar cuando hablo con otros profes sobre actividades o materiales del curso. Siempre hay algún compañero (o yo mismo) que pregunta: ¿qué tal este material? o ¿qué tal te ha ido con esta actividad? Y la respuesta, casi siempre, es: “Este libro funciona con…” o “esta actividad siempre me funciona los primeros días”. ¿Y tú cómo la usas?

@marialasprilla: Creo que más o menos igual, incluso “hablando” conmigo misma sobre cómo termina siendo una clase: “Esto no funcionó. La próxima vez lo intento así, o asá”. ¿Te imaginas qué hay detrás de ella? ¿No te da la impresión -como a mí- de que es una maraña de etapas por la que pasamos antes de que la usemos?

@cometa23: Intuyo que está muy relacionada con varios factores: nuestra forma de ser, nuestra experiencia como alumnos, nuestra experiencia como profesores… Pero, sobre todo, me parece que influye lo que entendemos por “una buena clase”. Claro que ahí entra de nuevo esa maraña de etapas a la que aludías.

@marialasprilla: Entonces, ¿una buena clase no es lo mismo para todos? ¿O sí?

@cometa23: Jeje… ¡buena pregunta! Yo creo que no. Por ejemplo, ¿qué es una buena clase para ti?

@marialasprilla: Otro ¡uf! para esta pregunta. A ver…una buena clase es: una en la que ellos disfrutan y yo también, en la que cumplimos los objetivos que nos marcamos, una clase en la que ellos se involucran, aportan datos de su realidad, hacen las actividades “suyas, una cuyo contenido lo ves aparecer de forma espontánea en clases futuras, con una sonrisa imprimida en los labios de los estudiantes y una en los tuyos y, cuando aparece, lo hace con valor agregado…Más o menos, eso, ¿no?

@cometa23: Disfrutar… creo que eso es muy importante en una clase. Más que nada porque influye positivamente en la motivación de los alumnos. Además, creo que una buena clase tiene que tener un uso integrado de las destrezas, un uso de la lengua lo más real posible, un acercamiento de los alumnos a la cultura objeto (siempre huyendo de estereotipos facilones) y, sobre todo, como tú bien dices, que los alumnos hagan “suyas” las actividades.

@marialasprilla: Sí, 100% de acuerdo con la integración de las destrezas. Pongamos un ejemplo de algo que funciona: mis estudiantes (estonios/rusos), como muchos otros, encuentran absurda la existencia de los pretéritos en español, porque ellos, en su lengua, tienen uno y solo uno (eso dicen :)). Con eso, el objetivo de un período es que ellos lleguen a comprender y a manejarse con esos tiempos, sin que sufran. Así, algo que a mí me funciona, al explicar estos temas, son las metáforas. A veces tomo algunas prestadas (el árbol, el huevo frito) y otras veces me las invento (helados con y sin sirup, obras de teatro con y sin escenario). Generalmente esto les hace reír y les deja una idea muy gráfica de las diferencias que hay. ¿Y por qué cambio las metáforas? Porque lo que funciona con unos no funciona con otros. Y porque yo misma voy modificando mis propias hipótesis a medida que las pongo a prueba con los alumnos. Es como una permanente investigación y puesta en práctica…¿Me cuentas tú alguna experiencia propia?

@cometa23: En mi caso, me funciona dibujar. No te creas que soy buen dibujante, más bien bastante malo, pero asociar un concepto a una imagen (aunque sea la más simple del mundo) me ayuda a que la retengan y, poco a poco, la vayan interiorizando y comprendiendo. Por ejemplo, algunos usos del pretérito imperfecto: siempre que tengo que explicarles el uso del imperfecto para las acciones en desarrollo frente a otras acciones puntuales con las que se usa el indefinido (ej. Mientras comía, se apagó la luz), asocio la explicación al dibujo de una línea recta (imperfecto) cortada en algún punto por una flecha (indefinido). Por el contrario, siempre que les explico el uso del imperfecto para dos acciones simultáneas (ej. Mientras comía, ella veía la tele.), dibujo dos rayas paralelas. Lo visual es muy poderoso y funciona con la mayoría de alumnos. Bueno, pero centrándonos en alguna actividad concreta: ¿qué actividad dirías que te funciona siempre o casi siempre?

@marialasprilla: La actuación 🙂 Siempre que puedo, actúo un concepto que confunden con otro, como el que explicaste con los pretéritos, o con la combinación de pronombres complemento. Por ejemplo: “se la acercó” frente a “se le acercó”. Es, como te pasa a ti con los dibujos, una forma de que lo visualicen. Por ejemplo, con la primera tomo una pelota, la tiro y luego voy por ella y regreso al mismo punto y la pongo cerca de mí. O, si cae cerca, solo estiro las manos y la traigo hasta mí. Y en la segunda, me acerco a una estudiante (o a la pelota). También dibujar lo que ellos me narran, para que vean qué quisieron decir y qué dijeron en realidad. Se ríen mucho y lo entienden perfectamente (: Creo que con lo que hemos intercambiado podemos hacer un resumen, ¿qué dices?

@cometa23: Pues puestos a resumir, hemos llegado a la conclusión de que el término funcionar es sumamente subjetivo. Además, está influido por la experiencia previa del profesor, sus creencias sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje y su relación con los estudiantes, entre otras cosas. Por otro lado, cambia con el tiempo o con los contextos, es decir, lo que funciona con un grupo no tiene por qué funcionar con otro. Y para finalizar, funcionan las actividades o dinámicas que implican al estudiante, aquellas que puede hacer suyas y, sobre todo, aquellas que lo motivan. En nuestro caso concreto, nos funciona la actuación, las metáforas y dibujar. ¿Quieres añadir algo a estas conclusiones?

@marialasprilla: Colorín colorado, qué bien te ha quedado.

…¡Uy! Perdón. Solo para estar seguros, resalto de lo dicho: dinámicas y que involucren al estudiante, son actividades con las que me atrevo a usar siempre delante de nuestra palabra protagonista: funcionan.

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Fuente de las fotografías:

Acerca de Guillermo Gómez Muñoz

Soy profesor de Lengua Castellana y Literatura, y de Latín en el colegio Claret Askartza de Leioa.
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7 respuestas a Del verbo funcionar, en boca de profes ELE y otras historias

  1. Jaume dijo:

    @cometa23 y @marialasprilla genial entrada de blog, ¡¡os felicito!! Las ideas surgen a partir de la interacción y de la negociación del contenido de manera fluida. ¡Muy buena entrada, sí!

    Al leerla, he ido pensando en si vuestras actividades que «os funcionan» me funcionarían a mí, en el contexto en el que estoy inmerso ahora mismo, y llego a la conclusión de que cada contexto tiene sus propias creencias. Como sistema ecológico, el aula presenta una serie de protagonistas con una serie de expectativas previas creadas a partir de su experiencia en ecosistemas similares. En cuanto a la enseñanza de la gramática, por ejemplo, mis alumnos, a partir de sus experiencias previas, esperan un aprendizaje deductivo y estructural de la misma, por lo que incorporar aspectos de una gramática pedagógica cercana a lo cognitivo, como proponéis vosotros, puede alterar las expectativas de los alumnos y, si logro convencerlos (baja resistencia al cambio), «me funcionará», pero si no lo logro, tendría que resignarme a llevar a cabo una enseñanza de la gramática más cercana a sus expectativas y, en otro momento, volver a intentar introducir mis creencias pedagógicas (que chocan con las de mis alumnos).

    Por lo tanto, llego a la conclusión de que en el constructo «funciona», además de todo lo que comentáis vosotros en relación al punto de vista del profesor, deberíamos introducir las expectativas del alumno y la resistencia al cambio en el caso de que sea algo que no espere.

    Un abrazo y ¡felicidades por vuestro trabajo!

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    • Buena aportación, Jaume. Como tú comentas, cada contexto de aula es diferente: lo que en unas funciona, en otras no. La verdad es que nos habíamos centrado más en las expectativas y creencias del profesor, pero tú has dado en el clavo redirigiéndonos hacia el punto de vista de los estudiantes.

      Muchas gracias por tu comentario y un abrazo.

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  2. Vicenta dijo:

    Buena reflexión conjunta!! Cuando yo empecé a trabajar había dos libros «ESto funciona A» y «Esto funciona B» cuyos títulos responden a esa frase de qué significa lo de que algo nos funciona o no en clase.
    Yo creo que tenéis razón, para mí lo de que me funciona algo en clase se relaciona directamente con las expectativas que yo tenía antes de entrar en el aula. Si se cumplen es que el plan de clase me ha funcionado. Y el plan de clase lo hago según los objetivos (los contenidos), pero es verdad que influyen muchísimo los procedimientos (mis creencias de lo que es el proceso de enseñanza-aprendizaje). Las actividades, la secuencia, las dinámicas, todo lo que incluyo en relación a todo eso no es más que una proyección de lo que considero que propicia el aprendizaje,

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    • Vicenta, gracias por pasarte por aquí y dejarnos tu comentario.
      Como tú bien destacas, ese «funciona» habla de nuestras expectativas (las creencias, benditas creencias 🙂 Yo creo que prácticamente es una proyección que hacemos en nuestra mente sobre cómo debería ser una buena clase o la clase que tenemos por delante, en concreto. Si luego el resultado se asemeja, la clase ha funcionado. Si no, llegan las frustraciones.
      En cualquier caso, esa proyección la hacemos con otros muchos contextos. Por ejemplo, la escritura. Cada vez que me digo «voy a escribir un cuento», en mi mente ya tengo una imagen ideal de ese cuento. Si lo que termina escrito en el papel se acerca a esa imagen, quedo contento. Si no, toca reescribir y rehacer.

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  4. http://t.co/Z5QbfNRy @crimoren Lo que te comentaba! @cometa23 @Jaumebatlle Genial reflexión a +d 2voces!De acuerdo con la subjet q esconde

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  5. @cometa23 @ana_indira_fc @crimoren Lo de «a mí me funciona» tiene miga… http://t.co/6TPPyVH4 #twitterele

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