Con la lengua maniatada…

Tengo que reconocer un pecadillo contra el método comunicativo: a veces/muchas veces/bastante veces uso el inglés en mis clases de niveles bajitos. Por alguna alineación extraña de astros, se da la casualidad de que hasta ahora en mis clases siempre ha habido estudiantes que sabían hablar inglés, mejor o peor, pero lo controlaban. Así que, a veces /muchas veces/bastantes veces, me dejaba llevar por la facilidad que supone traducir una palabra complicada y que no se entiende o incluso dar alguna explicación difícil en la lengua de Shakespeare.

Lo reconozco: soy un pecador contra ese principio didáctico que dice que el profesor solo debe usar la lengua meta en el aula. Y reconozco también que, cuando terminan todos mis cursos, siempre me arrepiento y hago propósito de enmienda y me fustigo con lecturas bibliográficas que me hacen ser más consciente de mi pecado. Pero no lo puedo evitar, siempre vuelvo a caer, supongo que, en parte, porque no me acabo de creer del todo este principio didáctico.

Pero este semestre, en mi clase de español A2, la todopoderosa Madre Naturaleza de la Didáctica me ha impuesto una prueba: tengo una estudiante china que no entiende prácticamente ni una palabra de inglés. Y no sabéis cuánto me alegro, en parte por mí, y en parte por el resto de estudiantes que tendrán que hacer el esfuerzo constante de hablar en español en el aula para entenderse entre todos.

Así que ahora que tengo la lengua «maniatada», para evitar que traduzca lo que no se entienda, se disparan la creatividad, la mímica y el uso de fotografías y sinónimos. A eso se añade el que mi alumna china se trae al aula un estupendo iPad que le sirve de diccionario cuando su profesor es incapaz de explicarle una palabra.

A todas luces está siendo un reto. Un reto más que interesante y agudizado por dos situaciones. La primera: que cada día soy más consciente de que no comparto muchas referencias culturales con mi alumna china, lo que complica en ocasiones la resolución de algunas actividades. Y dos: que un alumno estadounidense con un nivel muy inferior al resto de la clase está a punto de descolgarse por completo y cejar en su empeño por seguir el ritmo de sus compañeros. Este alumno me reclama mucha atención y me demanda más explicaciones en su lengua materna, en parte, porque tiene un nivel bajito (especialmente en lo referente al léxico), y en parte, tal y como me ha dicho hoy, porque su mente no está hecha para aprender idiomas.

Pero, chascarrillos aparte, esta lengua, que «maniatada» durante este curso, me está enseñando muchas cosas sobre mi forma de enseñar. Más de las que creía.

Fuente de la fotografía: A tongue is a cow’s main investigating tool.

Acerca de Guillermo Gómez Muñoz

Soy profesor de Lengua Castellana y Literatura, y de Latín en el colegio Claret Askartza de Leioa.
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28 respuestas a Con la lengua maniatada…

  1. Me interesa especialmente este tema del uso de otras lenguas diferentes a la lengua que se enseña y me sorprende lo que dices sobre que es «un pecado contra el método comunicativo». ¿Puedes dar una referencia concreta donde se prohiba expresamente el uso de otra lengua que no sea la lengua que se enseña? Alguna de las lecturas bibliográficas que mencionas como ejemplo.

    Gracias y un saludo.

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    • Hola Daniel. La verdad es que ha tenido mucho de licencia poética esa frase. No te puedo dar una referencia concreta, pero sí que esa idea es la que me ha quedado después de mi formación en didáctica de ELE durante la carrera y el posgrado.
      @Marecica me ha contactado por Twitter a raíz de este post y me ha comentado que ella ha estudiado el tema del uso de la lengua materna en su tesis. Ella hablaba de que era recurrente en los profesores esa sensación de «pecado» cuando usaban la lengua materna de los estudiantes en el aula.

      Yo, en concreto, he estudiado un poco más la didáctica de la expresión escrita y, en el caso de esta destreza, la bibliografía encuadrada dentro de enfoques comunicativos suele tratar el tema con bastante laxitud, al menos en lo que se refiere al trabajo de la expresión escrita en grupo y a la lengua que usan para comunicarse en los grupos mientras construyen los textos.

      Mi posición sobre el tema del uso de otra lengua distinta a la lengua meta es bastante «relajada». Yo uso siempre la lengua meta para explicaciones, pero cuando alguien se atasca o hay alguna pregunta de léxico no dudo en pasar a otra lengua (suele ser el inglés). Eso sí, suelo sentir esa sensación de «pecado» a la que aludía @Marecica.

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  2. Es sorprendente lo que seguros que estamos de que en el método comunicativo «está prohibido» usar otra lengua que no sea la que se enseña cuando, en realidad, esa prohibición no está explícitamente formulada en (casi) ningún sitio. Por lo que yo he leído, hay referencias, mucho más escasas de lo que cabría esperar, que hablan de reducir al máximo, que dan consejos de cómo evitar usar la L1. Hay muchas referencias que dicen que es perjudicial y señalan los momentos en los que se usa. Pero es bastante difícil encontrar una referencia que lo prohiba de forma total. Si escribií fue por curiosidad.

    ¿De dónde viene esa creencia? Una buena pregunta para ti que, si no me equivoco, te interesa el tema de las creencias de los profesores.

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    • Daniel, sí que sería un buen tema de investigación. ¿De dónde viene esa creencia, ese sentirnos mal si usamos la L1?
      Mar, estoy completamente de acuerdo contigo. Sigue existiendo esa sensación de fracaso si se usa la L1 en el aula, cuando no es más que otra estrategia para fomentar el aprendizaje.
      No obstante, os planteo una línea de reflexión: ¿No creéis que en grupos que comparten una L1 o una lengua internacional (pongamos, el inglés) el uso de la esa L1/lengua internacional por parte del profesor puede provocar el que los estudiantes la usen entre ellos? Al menos yo tengo esa sensación en mis clases.

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  3. Mar Galindo dijo:

    Efectivamente, en el método comunicativo no se prohíbe usar la L1 del alumno. Lo único que se recomienda es potenciar al máximo la presencia de la L2 en el aula, pero sin excluir la primera, que puede aprovecharse a nivel estratégico por su papel en los procesos cognitivos (teoría sociocultural del aprendizaje). Hoy en día deberían estar superados los reparos en el empleo de la L1, que suelen asociarse a malas prácticas. Sin embargo, todavía está muy extendida la creencia de que emplear la L1 de los estudiantes es síntoma de fracaso docente. Y eso no es así, necesariamente, y sobre todo en clases donde los aprendices comparten la L1. ¡Un placer leeros!

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  4. «@cometa23: Interesante debate en el blog sobre el uso de la L1 en el aula de ELE http://t.co/YCPFgtSa» cc. @crisdialpe

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  5. Mar Galindo dijo:

    Mi experiencia me dice que eso depende del origen de los estudiantes. Los americanos son muy proclives a emplear el inglés, mientras que los asiáticos son más cautelosos con eso. Al final es también una cuestión de cultura.

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    • @Mar: Mi experiencia se centra, sobre todo, en estudiantes estadounidenses y suscribo lo dicho por Mar: son muy proclives a usar el inglés, al menos en niveles bajos, y es muy difícil cambiar ese hábito. Yo estoy empezando a usar un matamoscas para cambiarlo (no sabéis lo bien que funciona el método acción-reacción). Jajaja… voy a parecer un profe de la vieja escuela: «la letra con sangre entra».

      @Fabrizio: Yo la uso lo menos posible, probablemente debido a ese sentimiento de culpabilidad, pero también porque veo continuamente que cuando yo abro la posibilidad de usarla los estudiantes tienden a no hacer el esfuerzo por expresarse en español.

      @Daniel (Jiménez): Mil gracias por el análisis que nos ofreces. Es muy esclarecedor e interesante. De todas formas, no sé si coincido con tu visión final sobre el tema. Hablo desde mi experiencia y tal y como lo siento yo. Esa culpabilidad la siento, en parte, porque cuando uso el inglés se debe a que he sido incapaz de encontrar la forma de explicar algo en la lengua meta. Por otro lado, tengo la sensación de que al usar el inglés favorezco el que mis estudiantes no se comuniquen en español. Al menos eso es lo que me suele pasar en las clases.

      @Daniel (Varo): Gracias por tranquilizarme. Eso de saber que no voy a arder en las hogueras del método comunicativo me ha dejado más tranquilo :)) Ah, y gracias por el link. Esta tarde me lo reviso.

      ¡Dios! ¡Qué debate más interesante! No pensaba yo que esta entrada se iba a animar tanto 🙂

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  6. Fabrizio dijo:

    Guillermo, estoy completamente de acuerdo contigo cuando dices que usar la L1 en el aula, si es una estrategia para fomentar el aprendizaje, no es un fracaso. Yo uso la L1 cuando con niveles bajos (A1) doy instrucciones para ejercicios que, si usara la lengua meta, serían difíciles de entender: si lo que me interesa es el ejercicio en sí, uso la L1 pero pretendo que la actividad se haga en la lengua meta. Y uso la L1 cuando hago pequeños ejemplos de gramática contrastiva porque el objetivo es que los estudiantes entiendan lo más posible de lo que digo. Así que, quitémonos de falsos mitos y de sentidos de culpabilidad 🙂

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  7. [DeustoBlog] Con la lengua maniatada… http://t.co/yFz7tK5I por @cometa23

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  8. Es muy curioso. Todos creemos que es un principio básico de la enseñanza comunicativa y que eso no se puede tocar. Por eso nos sentimos tan mal cuando usamos la L1 o el inglés.
    Ahí está la razón de que sepamos tan poco sobre el tema. Como en teoría nadie usaba otras lenguas en la clase, no había nada que investigar. O bien, como era algo que no había que hacer, nadie admitía hacerlo o trataba de ocultarlo y no se investigaba. Resultado: se sabe muy muy poco de la cuestión.

    Ahora vamos a verlo desde otro punto de vista: el de los profesores nativos de inglés. El inglés es la fuente principal y ¿casi única? de investigción en LE. Esos profesores no podían usar el inglés como lengua franca porque es la lengua que enseñan. En su caso no hay una lengua diferente a la lengua meta que sirva como lengua franca para todos los alumnos. Además está el indudable prestigio del profesor nativo sustentado en dos cosas: el acento ideal y no usar nunca otra lengua que no sea la lengua meta.

    ¿De dónde viene la creencia? Históricamente tiene raíces en el descrédito de los métodos de gramática-traducción que siempre pasaban por la L1. El ascenso de otros métodos se hizo a costa de negar la L1. Un resto de esta negación todavía pervive soterradamente y aflora en las creencias de muchos profesores. El gran sustento teórico está en las ideas de Krashen sobre la exposición al input. Cuanto más exposición, más aprendizaje por tanto cuanto menos L1 más LMeta y más aprendizaje.

    Las referencias actuales que conozco hablan siempre de un «uso juicioso» un «uso razonable», un «uso moderado» pero nunca de prohibición.

    Tengo la impresión de que los profesores creemos que cuánto menos usamos otras lenguas en la clase mejor profesores somos. El uso exclusivo de la lengua que se enseña se toma como un índice de la competencia profesional del profesor. ¿Estáis de acuerdo en esa impresión? ¿La suscribiríais como vuestra?

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  9. Daniel Varo dijo:

    Yo estoy a favor del uso de cualquier estrategia que nos ayude a que el proceso de enseñanza-aprendizaje se lleve a cabo con éxito. Sin embargo, debo reconocer que también me he sentido culpable cuando he usado el inglés para resolver alguna duda puntual en el aula. Esto no es más que el resultado de la contaminación metodológica a la que nos vemos sometidos y que, a veces, dejamos que nos influya en exceso. Los métodos están ahí, todos son compatibles y positivos en su justa medida, y el uso estratégico de la L1 de los alumnos no es ningún sacrilegio. No arderás en la hoguera Guillermo. Al menos por esto. 😉

    En relación con el tema que estamos tratando acabo de encontrar un artículo de Concha Moreno sobre la traducción y el análisis contrastivo en el aula de ELE. Os dejo el enlace: http://blog.conchamoreno.net/2012/10/traduccion-y-analisis-contrastivo.html

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  10. @marcializbl dijo:

    ¿Debemos utilizar la lengua nativa de los estudiantes al enseñar español?: http://t.co/jzEUutk0

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  11. Iñaki Murua dijo:

    Está animado, sí.

    Mi experiencia es (de hace años, últimamente me dedico a otras cuestiones) como profesor de euskera a adultos cuya L1 era el español. Cuando comencé en el siglo pasado a dar clases me llegaron a prohibir el uso de la L1, como suena, y había que hacer «juegos malabares» en ocasiones sin que el alumnado te entendiera.

    Con el tiempo llegó ya una evolución en la línea que indicáis, sobre todo con alumnos y alumnas principiantes, de, por ejemplo, explicar en L1 una actividad y «ganar tiempo» para la práctica en L2.

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    • @Iñaki, gracias por tu comentario. Sí que está animado, sí 🙂 En el caso del euskera, yo percibo que esa tendencia a solo usar el euskera dentro del aula está muy marcada. De todas formas, mi experiencia como aprendiente de euskera me dice que, en general, ha sido bastante beneficioso. Al menos, en contextos (como Bilbao) en los que el castellano predomina en la vida cotidiana, el uso exclusivo del euskera en el aula favorece el que los estudiantes no usen el castellano como lengua de comunicación entre ellos.

      @Mar, esa distancia interlingüística e intercultural es la que me está costando gestionar con mi alumna china. Y tengo la sensación de que es más problemática a veces la distancia intercultural que la interlingüística, porque no compartimos muchas referencias culturales que, sin embargo, comparto con el resto de estudiantes de la clase. A este tema tengo que dedicarle otra entrada.

      @Roser, la idea de dar la clase en «indonesio» en un curso de formación a profesores me parece muy curiosa e interesante. A decir verdad, durante la parte presencial de mi máster, en Barcelona, otro compañero de Vitoria y yo les dimos una primera clase de euskera a nuestros compañeros. Y la dimos por completo en euskera, sin usar una sola palabra en castellano. La clase duró unos veinte minutos y los objetivos eran muy básicos (lograr que aprendieran tres frases básicas para ser capaces de presentarse), pero fue todo un éxito 🙂

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  12. Mar Galindo dijo:

    Iñaki ha introducido un factor muy importante, y que no siempre se tiene en cuenta: la distancia interlingüística. No es lo mismo enseñar catalán a castellanoparlantes que enseñar euskera. Por mi parte, la investigación que llevé a cabo para la tesis doctoral mostró que la primera lengua aparece en el aula especialmente gracias a que los estudiantes la introducen. Está claro que lo recomendable es establecer una dinámica en lengua meta desde el principio, pero si la L1 nos ayuda en un momento dado, no tenemos por qué rechazarla. Cualquier ayuda es buena a la hora de aprender 🙂

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  13. Roser dijo:

    Cuando he dado cursos de formación de profesores, doy la «clase cero» en indonesio, si quieres te paso las reflexiones de mis alumnos (profesores de ELE) sobre cómo se sienten cuando alguien les da una clase en una lengua en la que no entienden nada… Yo soy partidaria de usar sólo la L2, pero si en un momento dado te hace falta traducir algo concreto (una palabra, las instrucciones de un ejercicio…), no pasa nada. Aunque en ese caso yo prefiero traducir en privado, al alumno en cuestión, no para toda la clase. Yo siempre he enseñado a alumnos que no hablaban inglés así que desarrollas estrategias para comunicarte, ya verás cuánto aprendes con tu alumna china…

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  14. Iñaki Murua dijo:

    En formación de profesores el uso de otras lenguas no suele ser inhabitual; sé de quien utilizaba panfletos en euskera con profesores de inglés y francés en la Comunidad Valenciana, con profesores de euskera revistas en una lengua asiática… En general, para reflexionar sobre conocimientos previos, de contexto, contenidos pragmáticos, palabras transparentes etc. que permiten comprender, por ejemplo, aún sin «conocer» una lengua.

    ¿La lengua que usan los y las aprendientes para comunicarse? buff, eso da para varias tesis, aunque se trate de personas adultas 😉

    En el ejemplo que pones, @Guillermo, supongo que no tendrías alguna Sara, que interfierese con el verbo «zara» (eres) 😀

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    • Iñaki, tendríamos que estudiar por qué dentro del aula de euskera todos hablan en euskera (en el mejor de los casos) y, en cuanto salen fuera en el descanso a tomar un café, todos/mucho/algunos/la mayoría cambian al castellano. Como alumno siempre me ha dado mucha rabia eso 🙂

      Ahhh, y Sara no tuvimos ninguna, pero sí que hubo situaciones graciosas (ahora mismo ya no me acuerdo). Eso sí, mantuvimos el tipo 😀

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  15. Interesantes reflexiones de Guillermo Gómez… (¡¡seguro que muchos os sentís identificados!!) http://t.co/e3b5hg6x

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  16. Basilia Benalcazar dijo:

    Tuviste suerte que fue una chica porque los jóvenes aprenden más rápido. En mi caso fueron dos ancianas alemanas que no hablaban nada de español y menos inglés. Inclusive una de ellas estaba muy enferma.
    Fue todo un reto, porque no sólo hay que desarrollar la técnica sino también hay que ser SUPER creativo.

    Después de todo aprendí algo de alemán también.

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    • @Basilia No hay mal que por bien no venga 🙂

      @Laura Yo también he observado lo que comentas: si soy yo quien usa el inglés a ellos les doy más pie a usarlo. Creo que ese es el mayor problema que le veo al asunto.

      Gracias por uniros al debate 🙂

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  17. Laura Acosta dijo:

    ¡Qué post más interesante y qué debate más enriquecedor!

    Yo intento evitar al máximo la L1 en el aula (o el inglés), pero tampoco considero que sea un pecado mortal. Es cierto que tengo grupos interculturales y en algunas ocasiones no todos lo alumnos hablan inglés, así que por ello creo que me he acostumbrado a eso.

    Quizás sí que me dejo llevar por las ideas que comenta Daniel Jiménez arriba: tengo la sensación de que reciben más input y, quizás, aprendan más.

    El motivo por el que intento evitar al máximo utilizar la L1 (o el inglés) es que he observado que si yo intento explicar algo en español, ellos también tienden a explicarse palabras entre ellos en español. Mientras que que si permito la L1 en el aula, se dejan llevar por la comodidad y no hacen un esfuerzo por inferir o comunicarse en español.

    Eso sí, como comentas Guillermo, a mí también me pasa que, en cuanto salen del aula, muchas veces hablan solo en inglés y me da una rabia…

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  18. Pingback: Profesor de ELE en apuros » Blog Archive » Con la lengua maniatada… | Didaktika | Scoop.it

  19. Hola a todos! me he leído todo este debate de tirón y me ha parecido superinteresante, así que me voy a animar yo también a opinar!
    Al igual que muchos de vosotros, desde que realicé el curso de formación para ser profesora de ELE he vivido siempre con la sensación de que usar la L1 o el inglés en clase es algo negativo, y de hecho intento evitarlo todo lo posible, lo cual no me resulta tan difícil a partir de un A2, por ejemplo.
    Estoy de acuerdo en que en gran medida es para que mis alumnos no se relajen y empiecen a hablarme a mí en inglés, sobre todo en un A1, pero también es porque considero que en su día a día se van a encontrar con mucha gente que no habla su idioma y van a verse obligados a recurrir a lo que sea para hacerse entender. ¿Por qué no potenciar esa creatividad y esas estrategias desde el primer día de clase?
    Por otro lado, yo también viví una experiencia igual a la que habéis comentado algunos: en mi primer día del curso de formación me dieron una clase de serbio en serbio!!! toma castaña!! os puedo asegurar que no conocía ni conozco nada que se le parezca, y sin embargo, al finalizar la clase, era capaz de presentarme y de pedir en un restaurante en serbio. Ese día me convencí de que realmente era posible y eficaz impartir una lengua en esa misma lengua.
    Ahora bien, yo también confieso que en algunas ocasiones recurro a una simple traducción de una palabra o de una frase si considero que es lo más práctico, y no creo que el mundo se acabe por ello, y cuando veo a algún alumno totalmente perdido y eso le impide realizar el ejercicio, no tengo remordimiento por explicarle en privado lo que haga falta y en la lengua que sea, porque lo que yo quiero es que pueda hacer el ejercicio, solo o en parejas o en grupo.
    Y en cuanto a lo de tu alumna china, Guillermo, entiendo perfectamente lo que dices porque a mí me ha pasado varias veces en A1, especialmente cuando llegan el primer día sin tener ni idea de español ni de inglés. El problema que yo veo, aparte de los referente culturales completamente distintos, es que en mi lengua no hay nada que se parezca a la suya, y encima están rodeados generalmente de estudiantes europeos que aprenden más rápidamente por cercanía cultural o lingüística, así que al final la mayoría se va quedando atrás. Reconozco que cuando me he encontrado con esa situación, ha llegado un momento en que no sabía cómo comunicarme con ellos, y en esos momentos dudo de si realmente es posible no usar la L1 a la hora de enseñar cualquier lengua a cualquier alumno, o quizás yo esté haciendo algo mal, que es lo más probable…
    Ahí quedan esas reflexiones…
    Un saludo a todos!

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    • Adriana, gracias por tus interesantes reflexiones.
      Me interesa mucho lo que apuntas sobre el peligro de que esos alumnos de culturas y lenguas más diferentes se queden atrás. Es uno de los miedos que tengo yo con mi estudiante china. Tengo la sensación de que se está estancando un poco, al menos en algunas destrezas. Cuando llegó a clase, se podía ver claramente que su competencia gramatical era superior al resto. Sin embargo, me parece que las dificultades para entendernos en el aula están provocando que no avance todo lo que podría. En el caso de la expresión escrita es muy evidente, pero temo que pueda afectarle a otras destrezas o competencias.

      Además de eso, percibo que está siendo difícil integrarla con el resto de estudiantes. Solo algunos hacen el esfuerzo de hablar con ella en español (ya fuera del aula) y claramente eso la desvincula del grupo.

      ¿Algún consejo?

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  20. La verdad es que darte un consejo sobre esta cuestión me resulta bastante difícil, porque para mí también es muy complicado gestionar esta situación en mis clases. De momento, creo que voy a empezar un curso de chino en febrero, a ver qué tal, pienso que eso me ayudará a mí también a entender su cultura y sus dificultades con el español un poco más.
    En mis clases, si veo que se pierden, siempre los pongo en grupos o en parejas con otros estudiantes que sé que les pueden ayudar, a veces resulta más efectivo cuando se ponen nerviosos por no entender al profesor.
    En cuanto a sus compañeros, ahí no creo que nosotros podamos hacer mucho, no podemos obligarlos a relacionarse, lo único que podemos hacer, en mi opinión, es proponerles actividades en grupo y a ser posible cambiando de compañeros. También depende del carácter de cada uno, yo he tenido estudiantes chinos superextrovertidos y otros en cambio que no había manera de que entablaran una conversación con un compañero de diferente nacionalidad.
    En fin, que todavía me resultan un público complicado, así que supongo que algún consejo tampoco me vendría mal a mí 😛
    ¿Alguien nos ayuda? 😉

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    • Gracias por compartir tu experiencia, Adriana. Mi estudiante entraría en el grupo de los tímidos y sus compañeros (salvo excepciones) no hacen grandes esfuerzos por relacionarse.
      A mí también me vendría muy bien hacer un curso básico de chino, aunque solo sea por hacerme una idea de las características básicas de la lengua y así ser más consciente de las dificultades que puede tener un estudiante. Ya nos contarás qué tal te va con tu curso de chino.

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