Este lunes comenzó el nuevo curso de teatro de este semestre de primavera que acabamos de comenzar en mi departamento. La primera clase de este curso la dedico siempre a dos objetivos: conocernos y crear sensación de grupo. Para cubrir el primer objetivo una de las dinámicas que he usado desde hace tiempo es la que yo denomino «los círculos concéntricos», típica dinámica de campamento que es perfecta para la clase de teatro o la clase de español. Pero como estaba un poco cansado de hacer siempre lo mismo, este semestre dediqué un ratillo a buscar otros juegos. De entre las que encontré, me pareció especialmente bonita la dinámica de «los corazones». A continuación, describo ambas dinámicas porque pueden seros útiles para el primer día de cualquier clase.

Los círculos concéntricos:

La dinámica es muy sencilla y consiste en hacer dos círculos concéntricos. Cada alumno tiene que tener enfrente a un compañero (si la clase es impar, me uno a uno de los círculos; si no, pululo por el aula cotilleando). Entonces lanzo una pregunta que servirá para que las personas que están enfrente una de la otra se conozcan un poco mejor (por ejemplo, ¿cómo es tu familia?). Les doy un rato para que hablen sobre la pregunta y luego les pido que uno de los círculos se desplace un lugar a su derecha, mientras que el otro círculo permanece parado, de tal forma que cada alumno tiene delante a un nuevo compañero. Entonces, lanzo otra pregunta y así hasta cansaros. Suelo terminar la dinámica en círculo grande preguntando «¿qué sabéis de X?». Como varias personas han hablado con X y sobre distintas preguntas, cada uno nos dará un poco de información diferente.

Los corazones:

Esta dinámica es, si cabe, aún más sencilla. Tenéis que preparar unos corazones y cortarlos por la mitad (aunque podrían cortarse en más fragmentos). Repartís los trozos de corazón por la clase, uno a cada alumno, y les pedís que encuentren al compañero que tenga el trozo (o trozos) de corazón que completan el suyo. Una vez encontrado les pedís que se presenten y que se conozcan o directamente les lanzáis preguntas como en la dinámica anterior. Para que cambien de parejas, mientras ellos hablan podéis recoger sus fragmentos de corazones y luego reiniciar la dinámica. También es buena idea terminar esta actividad de la misma forma que terminamos la anterior, en grupo-clase recopilando información sobre los alumnos a través de sus compañeros.