Libranda Vs. 24symbols

Después de leer hace un par de días la noticia del nacimiento de una nueva plataforma para ebooks (24symbols), no he podido resistirme a añadir una nueva entrada a mi serie post-estival sobre los ebooks. Y tras leer el comentario de Darío a mi entrada sobre Libranda y la reseña que Miguel Ángel acaba de publicar en su blog sobre 24symbols, se me ha ocurrido organizar esta entrada como si fuera un combate de boxeo. A un lado, el prometedor (aunque más tarde chasco monumental) Libranda. Al otro, el prometedor (y ya se verá en qué queda) 24symbols.

Primer asalto

Libranda prometía mucho. Se anunció a bombo y platillo pero, finalmente, se quedó en agua de borrajas: un nuevo intermediario (innecesario) entre el usuario, los distribuidores, las editoriales y los escritores.

24symbols también promete mucho. Se ha anunciado de forma más silenciosa, pero se ha extendido como la pólvora por distintas redes sociales. 24symbols también es un nuevo intermediario pero, en este caso, viene a sustituir a los distribuidores tradicionales.

Este primer asalto, sin duda, se lo lleva 24symbols porque no crea intermediarios innecesarios. De todos modos, la extensión de los ebooks no hace sino cuestionar por completo el modelo de negocio organizado en torno a la venta de libros. Internet y los formatos electrónicos cuestionan la existencia de intermediarios más allá de las propias editoriales. Bueno, a decir verdad, pueden llegar a cuestionar incluso a las propias editoriales: cualquier autor, con unos conocimientos básicos de edición de textos, puede editar muy correctamente sus propios libros y publicarlos online. Su problema radicaría en su capacidad de publicitarse y llegar a más lectores.

Segundo asalto

Libranda (o las tiendas online asociadas a ella) dan la posibilidad de comprar y «poseer» el libro, aunque con ciertas limitaciones. Por ejemplo, el sistema de gestión de ediciones digitales de Adobe. Puedo entender que quieran evitar la copia, pero no deja de ser un paso atrás para los derechos de los lectores: ¿dónde queda el derecho al préstamo? Además, el gestor de ediciones digitales de Adobe no tiene versión para Linux. En una palabra: patético.

24symbols ofrece dos opciones: una gratuita, con publicidad en los ebooks y la necesidad de estar conectado vía internet para leer los libros; y otra de pago, que permite almacenar esos libros en el caché y leerlos sin conexión. Por así decir, es un Spotify pero con libros. La idea es muy buena y, además, precedida por el éxito de Spotify seguramente también tenga éxito. Sin embargo, no me queda muy claro el tema de la propiedad de los libros. Al parecer, tú pagas por el derecho a leerlo pero en ningún momento son tuyos. ¿Y si 24symbols cierra? ¿Qué ocurre con «tus» libros?

Este segundo asalto está más reñido. Por decirlo sencillo: Libranda es una librería y 24symbols, una biblioteca. Yo lo dejaría en tablas, aunque con una cierta ventaja para Libranda por haber apostado por el formato ePub.

Tercer asalto

Libranda no ha supuesto ninguna novedad para el sector del libro. No ha hecho más que trasladar a la red el mismo modelo económico que se usaba. Es más, ni siquiera eso ,ya que ese modelo ya existía en la red.

24symbols no es algo novedoso, puesto que es una copia de lo que hasta ahora plataformas como Spotify hacían con la música. Sin embargo, sí que supone una novedad en el mundo del libro, un sector necesitado de una honda reflexión para adaptarse al nuevo contexto. En mi opinión, es una iniciativa interesante y creo que es el modelo que deberían seguir las bibliotecas para que su catálogo esté online. Sin embargo, no acaba de convencerme del todo como modelo de compra de libros.

Este tercer asalto se lo lleva de calle 24symbols.

Resultado final

Si no me equivoco ha ganado, casi por KO, 24symbols. Sin lugar a dudas, es una de las propuestas más innovadoras que sobre ebooks se ha hecho hasta el momento. Un pequeño contrapunto que le veo es la necesidad de que el dispositivo electrónico de lectura se conecte a internet para leer los libros online o almacenarlos en el caché. Sé que la tendencia ya es a que todos los eReaders tengan conexión wifi, pero el mío no la tiene y, como el mío, hay unos cuantos modelos más. Sinceramente, el precio de los eReaders es todavía prohibitivo como para pensar en comprar en breve otro nuevo. No estaría mal que pensaran en una solución para este «problema», aunque esta problemática afecta en sí al modelo de distribución de libros en 24symbols, por lo que dudo que propongan una alternativa.

Otras lecturas interesantes sobre el tema:

Fuente de la fotografía:

Acerca de Guillermo Gómez Muñoz

Soy profesor de Lengua Castellana y Literatura, y de Latín en el colegio Claret Askartza de Leioa.
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