Dedicado a todos los recientes #papisymamisprofesdeELE
Nos engañaron. Nos contaron mil historias, todas ciertas. Pero no eran más que medias verdades, lugares comunes. Ninguna definitivamente acertada, ninguna definitivamente definitiva.
Los más profundos hablaron en términos metafísicos: dejas de ser tú, tu vida deja de importarte, ya solo vives para otro, ya solo sufres por otro.
Los más superficiales fueron a lo práctico: prepárate para no dormir una noche seguida durante uno o dos años. Los más agoreros hablaron de incluso cinco.
Pero se equivocaban. O quizás no: solo lo vieron desde un prisma diferente.
El auténtico secreto de la paternidad es más literario, más relacionado con la narratología que con la metafísica o la filosofía. El auténtico secreto de la paternidad consiste en hablar de uno mismo en tercera persona: aita ya viene, aita tiene sueño, aita es tonto…
Aita por aquí y aita por allá. Como un personaje distinto a tu propio yo, que te ha fagocitado, que te ha transformado, que en cierta medida te ha hecho desaparecer. Un personaje en las manos de una pequeña narradora que es ahora quien dirige los hilos de tu historia. ¿Cuándo decidirá poner el punto final?
RT @cometa23: Profesor en apuros: El auténtico secreto de la paternidad http://t.co/cUEhlYRfvC
Me gustaMe gusta
http://t.co/77dk2W6jxr
Me gustaMe gusta
¡¡Me ha encantado, Guillermo!!
Porque además es una cuestión lingüística que yo siempre he comentado, pero riéndome un poquito… de esos amigos que tienen cuarenta años y sus padres continúan hablándoles en tercera persona («la mamá te ha preparado esto»). ¿A qué se deberá ese cambio gramatical/pragmático? ¿Ocurrirá en todas las lenguas? (lo dudo…). ¡Gracias por compartirlo!
Me gustaMe gusta
Demasiado interesantes las preguntas que planteas, Mar. ¡Qué pena no tener respuesta! 🙂
Yo a veces me planteo si no pasamos a la tercera persona, cuando son bebés, simplemente para que aprendan a decir «papá» y «mamá» o «aita» y «ama». A base de oírlo, una y otra vez, acabarán diciéndolo mientras a sus padres se les cae la baba.
En cuanto a lo que dices de esos amigos de cuarenta años a los que sus padres les siguen hablando en tercera persona, ¿no tendrá algo de dialectal? Por aquí, yo diría que no se oye mucho. Sí que ocurre que algunos vascoparlantes de áreas casi exclusivas del euskera usan el artículo delante de «madre» y «padre» en español por influencia del euskera que lo lleva incorporado a la palabra. Pero no es una cuestión de hablar en tercera persona de uno mismo.
Me gustaMe gusta
RT @cometa23: El auténtico secreto de la paternidad. Dedicado a todos los #papisymamisprofesdeELE – http://t.co/gV6rx0NlJe
Me gustaMe gusta
Pingback: Bitacoras.com
No soy tan reciente en lo de papi/mamiELE… que ya llevo siete añitos embarcada en la avertura apasionante de ser mamiELE, y te digo que lo que has escrito es de lo más acertado que he leído sobre este tema. Y que conste que soy una adicta a la narratología… De los que duermen con «Figuras» debajo de la almohada ))))) Y sí, lo que cambia es la perspectiva narratologíca porque la primera persona ya no te pertenece: «Mami tiene sueño. – Yo también…» Pero en plural, sí… Y es otra addicción. Seguro que más de una vez has dicho: «y ahora nos vamos a bañar». Y claro que no te metes en la bañera junto con el peque. 🙂 Así que las perspectivas son varias, hay donde elegir…
Enhorabuena por el post y disfruta a tope ser papiELE.
Me gustaMe gusta
Tatiana, ¡mil gracias por tu comentario y tu análisis tan interesante de la situación!
Ciertamente, la primera persona ya no nos pertenece. Nos la han robado nuestros retoños, aunque la compartamos en plural.
Un fuerte abrazo.
Me gustaMe gusta