La de hoy va a ser una entrada breve. Tengo un trancazo de la pera y voy a caer rendido enseguida.
La clase de hoy podríamos clasificarla como de supervivencia. He agarrado un constipado de los que hacen época y las últimas horas del curso digamos que he ido tirando. Me faltaba un poco de energía (pero no se me ha notado mucho).
Ayer comentaba que tenía un alumno que empezaba a descolgarse del grupo. Hoy ya no es solo uno sino dos. Acaba de incorporarse un nuevo estudiante al grupo y no sabe nada de nada. Así que vamos a ver cómo le pongo las pilas para que se ponga al día. De momento, hoy, el pobre estaba más perdido que un pulpo en una zapatería. Sin embargo, después de un ratillo se ha convertido en el rey del mambo y ha sido el ganador del juego de los seises con el presente. En cuanto ha captado cómo funcionaba el presente regular no había quién lo parara.
Por lo demás, el resto del grupo está marcando un ritmo rápido por lo que me temo que la distancia entre el grueso del grupo y estos dos alumnos no dejará de crecer. Algunos estudiantes tienen una capacidad asombrosa para aprender y en solo dos días ya se lanzan a intentar hacer sus preguntas con dudas en español. De verdad que estoy muy impresionado. Sobre todo me sorprende la curiosidad que tienen (constantemente me están preguntando palabras) y la presión que me están imponiendo para que aprovechemos el máximo de cada hora de clase. Hoy incluso, durante un descanso, le metían prisa a un compañero moldavo que me explicaba la historia de su país y sus conflictos culturales y territoriales, porque querían continuar con la clase. Luego, una de las alumnas que presionaba, probablemente la mejor de la clase, se excusaba diciendo que era una geek y por eso tenía tantas ganas de aprender 🙂
Con un grupo como este, da gusto dar clase, incluso con trancazo y todo. Mañana si tengo tiempo, prometo otra entrada con otro juego para A1.
Fuente de la fotografía: Two roads por Paro_for_peace
Profesor en apuros 
Hola Guillermo, yo me he enfrentado muchísimas veces a situaciones similares. Quizá, una de las aspectos más importantes es el de hablar con los que están más descolgados para explicarles que los primeros días son siempre difíciles para todos los alumnos y que no se comparen con el resto de la clase, sobre todo si llevan más tiempo en España que los nuevos (nunca hacer referencia a la nacionalidad, algo que se toman muy a pecho y de forma muy peyorativa los orientales). Diles que estos primeros días se esfuercen en escuchar, en ir cogiendo palabras y adelántales la tarea, diles qué es lo que darás al día siguiente. Luego, pregúntales si en clase prefieren más escuchar o más hablar. Muchos alumnos se ven paralizados ante tener que pasar el papelón de hablar en un idioma que apenas entienden y prefieren quedarse un poco en la retaguardia hasta que cojan un poco de fondo con el español. Por lo general, te dirán que prefieren escuchar y ya irán hablando. Si lo que quieren es lanzarse a la piscina, no te dé miedo preguntarles en clase, si lo pasan mal hasta que comienzan a articular palabras no les importará sufrir un poco, es su decisión y son por lo general personas bastante fuertes.
Recuerda que, el secreto del éxito, está en adelantarles qué es lo que vas a ver al día siguiente para que puedan prepararlo un poco en casa y, durante la clase, puedan saber por dónde van los tiros. Otro consejo (a este paso me va a salir un post 😀 jeje): haz actividades muy cortas de 5-10 minutos alternando las de 10 con las de 5 para que si se descuelgan en una actividad, que puedan reengancharse en la siguiente. Si haces actividades largas con este tipo de alumnos y se descuelgan en el minuto 3, imagina cómo estarán en el 30 o en el 40. Creo que tenía bastante información por ahí sobre cómo manejar este tipo de situaciones, si puedo, mañana la busco y te la paso.
Hasta entonces, ánimo, que tú puedes 😀
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Miguel Ángel, he andado tan liado estos días que no he tenido ni tiempo de contestarte a tu comentario. ¡Muchísimas gracias por tu grandísima ayuda! Los consejos que me has dado son muy útiles. Sigo peleando para que cojan el ritmo de sus compañeros y ellos también están trabajando duro. Esta tarde escribiré otra entrada del diario de clase para contar cómo va avanzando el curso.
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