Segunda entrega de la serie sobre el ebook
Hace ya unos cuantos meses, con motivo de la Feria del Libro de Madrid, la versión digital de El Mundo dedicaba algunos artículos al tema y, en concreto, más de uno se centraba en la presencia/ausencia del libro electrónico en dicha feria. La periodista llamaba la atención, en un primer artículo, acerca de la imposibilidad de encontrar dispositivos de descarga de ebooks en las casetas de la feria. Más tarde, en un segundo artículo, exclamaba; «Misión cumplida: E-book encontrado».
En un primer momento, aquel primer artículo, titulado «Todos hablan de él, pero… ¿dónde está?», me pareció bastante deprimente. A decir verdad, releído unos meses después, el análisis de la periodista sobre las dificultades a las que se ve sometida la expansión de los libros en formato electrónico no está mal. Sin embargo, la pregunta con la que titula su artículo continúa sorprendiéndome: «¿dónde está?»
¿Dónde está qué?, diría yo. ¿Es que acaso estamos intentando derribar aviones con tirachinas? Porque ¿a qué viene preguntarse dónde está el ebook en una feria del libro? ¿Es que realmente la necesita?
Quizás sea necesaria una pequeña aclaración: por ebook me refiero al libro en formato electrónico -ya sea epub, pdf o cualquier otro- no al dispositivo electrónico de lectura o eReader (aunque también lo llamemos ebook). Tiene sentido que estos dispositivos de lectura tengan presencia en una feria del libro, especialmente ahora que están comenzando a promocionarse y a extenderse entre la población lectora. Pero, ¿el ebook? ¿El libro en formato electrónico? ¿Para qué necesita estar en una feria del libro? ¿Es que no le vale y le sobra internet como feria del libro, disponible las 24 horas, los 365 días del año, llueva o haga sol, con una oferta que excede con creces los deseos de cualquier lector? ¿Para qué necesita un lector que una caseta de la feria instale un ordenador con acceso USB para descargarse un ebook, si lo puede hacer desde su casa?
Aunque puede parecer triste (para mí también lo es un poco, pues he pasado muchas horas felices rebuscando entre los libros llenos de polvo de muchas ferias del libro), difícilmente estas ferias puedan sobrevivir al empuje de los nuevos formatos. Quedarán como resquicios históricos, donde encontrar viejos libros, que tendrán un valor más sentimental y fetichista que otra cosa, pero no servirán para descargar ebooks. Para eso ya está internet, en tu casa, con tu ordenador y sentado en tu sofá, dispuesto a comenzar a leer el ebook, nada más descargarlo.
Fuente de la foto: Feria del Libro de Madrid 2005 (por Alvy)
Pues yo pienso que si los editores fueran un poco avispados, todos tendrían en sus casetas un «dispensador» de ebooks, porque sí, es cierto, cualquiera se puede descargar un ebook desde casa, pero si yo estoy dando un paseo por la feria del libro y me paro en una caseta porque algo me llama la atención, la posibilidad de compra (en papel) se multiplica y seguramente el librero/editor me convencerá y me lo llevaré a casa debajo del brazo (también podría ojearlo y luego ir a una tienda a comprarlo, pero… ¿lo haré?). Y con el ebook el proceso es el mismo, supongamos que llevo mi eReader en el bolso (porque soy geek y estoy en una feria del libro) y que una caseta me ofrece la posibilidad de descargar gratis un capítulo para echarle un ojo, y entonces ahí mismo, pienso «no esta mal»… y ya está, ya me han cazado, las posibilidades de hacer «click» y comprar la versión entera se multiplican, pero si tengo que esperar a casa para descargar el ebook, me dejan demasiado tiempo para pensar y ¿lo compraré finalmente?
Los expositores están perdiendo ventas por no ofrecer esta oportunidad. Claro que es cierto que este tipo de cliente es totalmente minoritario hoy en día, pero en el futuro, cuando la demanda crezca, la existencia de esos «dispensadores» debería ser la norma.
Pd: muy buena toda tu serie sobre el ebook
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Hola Editora con carrito 🙂
Gracias por dejar tu comentario en mi blog. En parte, estoy de acuerdo contigo. En estos momentos, el que tenga un dispensador de ebooks en su caseta se puede llevar el gato al agua. Sin embargo, me parece que ese público -que sigue siendo minoritario- no necesita de ese dispensador en la caseta para comprar ebooks. De todas formas, la idea que propones de dispensar el primer capítulo de los libros para captar a los lectores me parece muy atractiva. Como estrategia de marketing desde luego es fantástica. Lo que estaría todavía mejor sería que las casetas dispensaran esos capítulos vía bluetooth, como se hace ahora para los móviles. Claro que para eso tendría que haber eReaders con bluetooth y me parece a mí que no hay muchos (por lo menos no el mío 🙂
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Hola, mucho agradecería si me puede asesorar, necesito saber si me puede ayudar a encontrar quien me puede redactarme, realizar un e-Book.
Por sus finas atenciones, gracias.
Sergio.
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Hola Sergio, no tengo muy claro qué es lo que necesitas. Si me lo aclaras, quizás pueda echarte una mano.
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La feria del libro y las librerías en general tienen una buena tarea por delante para reinventarse para poder mantenerse (sino sobrevivir) ante la revolución del libro electrónico. El sector es aún muy reacio a los ebooks, o al menos no da la impresión de que esté entre sus prioridades porque la mayoría están tratando frenarlo todo lo que sea posible. Yo creo que no está de más la presencia de los ebooks en las ferias del libro y solo es cuestión de algunos años que tenga un lugar destacado. Las ferias del libro también sirven para poner en contacto a autores y lectores; aunque no sé si tiene mucho sentido que un autor te pueda firmar el libro electrónico como leí en una noticia recientemente, lo que sí veo es que a raíz de conocer al autor en persona, el lector se sienta animado a comprar sus libros ya sea en la misma feria o en su casa.
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Ardua tarea tienen por delante las librerías y las editoriales.
Yo sí veo el sentido a las ferias del libro, pero no veo para qué va a ir un lector a comprar un libro electrónico. Es decir, el lector sí que va a ir a conocer al autor pero los ebooks los puede comprar desde su sofá, ¿para qué salir?
El tema de que te puedan firmar un ebook no lo veo tan mal. Es más, es una forma de incentivar el que salgas.
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