Este post no va a ser más que una breve reflexión con un cierto tono pesimista -que no me gusta nada-, pero al finalizar mi curso de español de nivel A2 del primer semestre, ocurrió algo que en sí podría ser una tontería pero que a lo largo de las vacaciones me ha vuelto a la cabeza en más de una ocasión. Mis estudiantes tienen asignadas a lo largo del curso algunas tareas de expresión escrita. La última de estas tareas consistía en escribir una breve biografía sobre algún personaje famoso de sus países de origen. No importaba a quién escogieran, ellos lo decidían.
La verdad es que no había pensado en qué tipo de personas famosas escogerían. Suponía que habría un poco de todo: algún músico, algún actor, algún cantante… Pero cuál fue mi sorpresa: la inmensa mayoría decidió hacer la biografía o de un escritor famoso de sus países o de un político. Sinceramente, me sorprendió muchísimo. No me lo esperaba. Nunca me había pasado. El grupo estaba formado, en su mayoría, por alumnos procedentes de países de la Europa del Este. Es la primera vez que tengo en clase una mayoría de estudiantes de estos países y la verdad es que empiezo a pensar que ahí ha radicado la diferencia. No sé si por un tema de educación o por un tema de valoración social de la literatura y de la política, pero todos han pensado en escritores y políticos como personajes famosos de sus países de origen.
No es por ser pesimista, pero lo primero que me venía a la mente era plantear esa misma actividad en un grupo de españoles de la misma edad que la de mis alumnos, es decir, universitarios: ¿Cuántos escribirían una breve biografía de un escritor o de un político después de leer el enunciado de la actividad en el que se hablaba de personajes famosos? No me gusta ser pesimista, ni creo que todo tiempo pasado fue mejor, ni que la educación es una mierda, ni que los jóvenes son unos incultos. Sin embargo, tengo claro que los modelos a seguir para nuestros jóvenes han cambiado radicalmente y no siempre para mejor, en el caso de los políticos, porque se lo han ganado a pulso, y en el caso de los escritores, probablemente porque viven alejados del contexto natural de la juventud: internet, videojuegos, etc. No hay más que ver cómo el canal de Gran Hermano ha logrado en apenas una semana tener la misma audiencia que tenía CNN+.
Otro dato reseñable de esta actividad es que la mayoría de mis estudiatnes bielorrusos ha hecho una biografía (muy positiva) acerca de su actual presidente, Aleksandr Grigórievich Lukashenko, un hombre que gobierna el país desde 1994 y al que se acusa de ser de todo menos presidente democrático de un país.
Y para terminar, los resultados de esta actividad me han dado una idea para próximos cursos: la biografía se la voy a pedir directamente de algún escritor, músico, pintor, etc. y así, poco a poco, iré conociendo un poquito más sobre el arte y la cultura de países que desconozco por completo.
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Pues vaya, Guillermo. Con los estudiantes italianos pasa lo mismo. Cada vez que eligen un personaje famoso, en la mitad de los casos, sale Berlusconi. ¿Te lo puedes creer? Pues sí, cada vez que surge la oportunidad de hablar de algún personaje italiano me toca lidiar con este elemento que está hasta en la sopa. Te comprendo cuando dices que no quieres ser pesimista, pero la realidad es esa.
No me parece una mala idea que seas tú el que decida sobre quién buscar informaciones y escribir al respecto. Pero también creo fuertemente en que es el alumno, desde su propio interior, el que tiene que decidir y tomar esas decisiones. Vaya cuestión, ¿no? Cómo dicen por ahí (y con lo que no estoy para nada de acuerdo) lo importante no es que se hable bien o mal de ti, sino que se hable.
En italia se habla tanto de este personaje que el país se centra únicamente en eso. En fin… creo que algo podemos hacer.
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Sí, a mí también me sorprendería que siempre me hablaran de Berlusconi.
Mi idea de orientarles en la elección no viene motivada porque no quiera que me hablen de sus políticos. En realidad, también me interesa. Pero la verdad es que me parece mucho más interesante que me expliquen cosas de su cultura y su arte. Por mi propio beneficio. Además, creo que ellos se sentirán motivados a hacerlo al ver mi interés.
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Totalmente de acuerdo en lo que dices. El interés que les podemos mostrar ante aspectos de su propia cultura no hará más que beneificar su motivación.
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