Mi claustro de profesores sin límites (#bazarlocos)

Aunque sea en el último momento, por fin he terminado y enviado mi pequeña y breve aportación al proyecto de Bazar Locos. Aquí os la adelanto. Básicamente es una reflexión sobre mi experiencia usando Twitter.

Mi claustro de profesores sin límites

Hace unos dos años comenzaba a oír hablar de Twitter. A decir verdad, en un primer momento no le encontraba ni pies ni cabeza, por no decir que me parecía una soberana tontería. Sin embargo, lo observaba con recelo ya que oía hablar de esta herramienta precisamente a gente a quien admiraba y respetaba, gente que además representaba para mí la vanguardia en la aplicación de herramientas web2.0 a la educación. Precisamente esos recelos fueron los que a finales de diciembre de 2008 me impulsaron a crearme una cuenta y comenzar a explorar.

En un principio, mi sensación de ¿para qué sirve esto? no varió. Deambulaba por mi perfil, buscaba a otros profesores twitteros para añadirlos a mi timeline, pero seguía sin verle el punto. Sin embargo, no tardé mucho en darme cuenta de que cada vez descubría más links interesantes no por mis suscripciones rss o por mis búsquedas en Google, sino gracias a los links que compartían esos usuarios de Twitter a los que seguía. Ésta fue mi primera sorpresa, descubrir que Twitter era un recurso increíble para compartir conocimiento y descubrir webs, blogs, wikis, etc. que de otro modo nunca hubiera encontrado.

Tras este primer descubrimiento, comencé a hacer un uso más frecuente de Twitter. Después de encender mi ordenador lo primero que hacía era abrir el programa con el que gestionaba mi perfil. Navegaba por internet, trabajaba en algún documento, veía un vídeo, pero siempre andaba pendiente de los tweets que aparecían en mi pantalla. Sin embargo, si Twitter sólo destacara por su eficacia como herramienta para compartir conocimiento, estoy seguro de que muy pronto me hubiera cansado. Pronto llegó mi segundo descubrimiento para engancharme aún más.

Cuando ya llevaba varios meses usando intensivamente Twitter, comencé a darme cuenta de que mi lista de seguidores y seguidos aumentaba. En cualquier caso, esto no fue lo fundamental. Lo que me sorprendió realmente fue descubrir que mi relación con algunos de mis contactos era cada vez más estrecha. Pasé de seguir sus tweets, a leer sus blogs, a contactar con ellos en otras redes sociales, a intercambiar emails, en algunos casos a colaborar en distintos proyectos e incluso a conocerlos personalmente.

Poco a poco, Twitter se había convertido en mi claustro de profesores en la red, un claustro con el que compartía mis inquietudes, del que aprendía y al que ofrecía también mis experiencias. Y lo mejor de todo: un claustro inmenso que carecía de fronteras.

Sin lugar a dudas, este último descrubrimiento ha sido lo que ha terminado por hacer de Twitter una herramienta indispensable para mi trabajo y para mi aprendizaje diario. Cuando intento ordenar mi PLE (Entorno Personal de Aprendizaje), para ser consciente de mi proceso de aprendizaje, sin lugar a dudas, Twitter ocupa un lugar especialmente relevante como mi red social profesional y como difusor de contenidos. Si hace dos años no hubiera hecho caso a quienes me hablaban del pajarito como de un gran descubrimiento, estoy seguro de que mi proceso de aprendizaje como docente hubiera sido muy distinto y, seguramente, más lento y farragoso. Porque precisamente una de las características que más aprecio de Twitter es su inmediatez, la capacidad que tiene de difundir cualquier contenido casi al instante en que se genera. Un claro ejemplo son los congresos, jornadas o encuentros que son difundidos vía tweet por la organización o por los asistentes y que generan tan interesantes discusiones.

En resumen, Twitter ha supuesto para mí una gran oportunidad de contacto con muchísimos profesores a los que, de otro modo, me hubiera sido imposible conocer, un contacto que me ha permitido descubrir sus experiencias docentes y compartir con ellos las mías. En definitiva, Twitter es mi claustro de profesores en la red, un claustro sin límites y con una predisposición constante a compartir actividades y experiencias. Un claustro siempre activo.

Acerca de Guillermo Gómez Muñoz

Soy profesor de Lengua Castellana y Literatura, y de Latín en el colegio Claret Askartza de Leioa.
Esta entrada fue publicada en Web2.0 y etiquetada , , , , , . Guarda el enlace permanente.

5 respuestas a Mi claustro de profesores sin límites (#bazarlocos)

  1. Pingback: Tweets that mention Profesor de ELE en apuros » Blog Archive » Mi claustro de profesores sin límites (#bazarlocos) -- Topsy.com

  2. Hola Guillermo,
    Solo decirte que me ha encantado tu artículo, creo que lo mismo que transmites es lo que sentimos mucho de nosotros. DEsde hace mucho tiempo he dejado de sentir lo que sentia hace un tiempo, me dado cuenta de que no me encuentro solo y en twitter puedo compartir todo aquello que pienso y que soy respecto a la educación, y eso es algo que nos ayuda a crecer tanto profesionalmente como personalmente. Me quedo con tu frase: «un claustro sin límites y con una predisposición constante a compartir actividades y experiencias. Un claustro siempre activo.»
    Gracias por compartirlo!

    Me gusta

    • Gracias Jaime. Me alegro de que te haya gustado. Sin lugar a dudas, esas son las características de Twitter que más me han atraído y las que la han convertido en mi mejor herramienta de aprendizaje.

      Iñaki, completamente de acuerdo contigo. Sin embargo, cada día me doy más cuenta de que comparto mucha más experiencia docente con los que están lejos que con los que tengo cerca, en mi claustro presencial. Y, en buena medida, sé que la culpa es mía pero me cuesta evitarlo. Además, por influencia de causas extra-académicas, a veces no existe una actitud abierta hacia el compartir. Pero habrá que irlo arreglando, es mi propósito a medio plazo 🙂

      Me gusta

  3. Iñaki Murua dijo:

    Sin olvidar Guillermo que, por lo general, tu vida docente también se desarrolla en buena medida en un claustro de profesores… presencial.

    Me gusta

Deja un comentario