Jaume Batlle Rodríguez es profesor de ELE desde el año 2005. Tras la realización de un lectorado en la Universidad Marie Curie-Sklodowskiej, en Polonia, ahora mismo está centrado en su proyecto de tesis, un estudio de los problemas comunicativos en interacciones conversacionales.
Guillermo: Jaume, desde que te has ido a Polonia, tengo ganas de preguntarte sobre tu experiencia. ¿Cómo se vive como profesor de E/LE en Polonia?
Jaume: Polonia es un país lleno de gente con ganas de estudiar español. Les atrae mucho la cultura española y le dan un gran valor al hecho de hablar lenguas extranjeras. Además, tienen una cultura de estudio muy arraigada, por lo que el prestigio social se consigue llegando a la universidad y/o hablando los máximos idiomas posibles, entre otras cosas. Eso hace que te sientas muy a gusto con los alumnos, que están muy motivados por norma general.
Guillermo: Supongo que caeremos en el tópico, pero ¿qué conocen de España?
Jaume: Bueno, al iniciar los estudios conocen más bien poco. Saben -o piensan- que es el país del sol y la playa y que la fiesta es el deporte nacional. Nos consideran perezosos y un tanto holgazanes (ideas muy arraigadas por estas latitudes); sin embargo, también somos muy abiertos, alegres y extrovertidos. Asimismo, suelen pensar que el español es una lengua fácil de aprender y tal vez no les falte razón, si tenemos en cuenta que el polaco es verdaderamente complejo.
Guillermo: Y tú, ¿qué tal llevas el polaco?
Jaume: Pues ayer mantuve una conversación en “mi polaco” durante cuatro horas. Yo creo que lo hablo fatal, pero la gente dice que no, que lo hablo muy bien, aunque me parece que lo que me están diciendo es que me sé desenvolver en una determinada situación comunicativa.
Guillermo: Volviendo a un comentario que has hecho antes: ¿realmente existen lenguas más complejas que otras? Lo pregunto porque, por ejemplo, al euskera le persigue una mala fama que, en mi opinión, es falsa y que no hace sino sumir a la lengua en una especie de oscurantismo, probablemente, malintencionado. El euskera no es ni más ni menos difícil que el castellano. Lo que ocurre es que para un hispanohablante algunas características de la lengua le resultan ajenas y lejanas. Sin embargo, yo diría que el euskera es bastante más regular que el castellano. ¿Cómo lo ves tú?
Jaume: Totalmente de acuerdo contigo. La dificultad de las lenguas reside en la relación que la lengua objeto de aprendizaje tenga con las lenguas aprendidas previamente por el alumno, incluyendo, claro está, su L1. Igualmente, es una creencia arraigada que yo tengo también el hecho de pensar que un aprendiente con una L1 muy cercana aprenderá más rápido la lengua meta que no un estudiante que tenga una L1 totalmente diferente; en cambio, este último la podrá aprender sin errores, es decir, con la posibilidad de llegar a un perfeccionamiento. Ello es así porque pensamos que el italiano, por poner un ejemplo, al poderse comunicar con los hablantes de la lengua meta con más rapidez, perderá la motivación que le permita llegar al perfeccionamiento. ¿Qué crees?
Guillermo: Tienes toda la razón. Existe como una especie de relax entre los aprendientes de una lengua cuando la lengua objeto de aprendizaje se asemeja a su L1. El caso de los hablantes nativos de español que se ponen a estudiar italiano es muy típico. En cualquier caso, ese relax es lógico. Las lenguas sirven para la comunicación y cuando ya logramos comunicarnos, por la cercanía entre las lenguas, la corrección pasa a un segundo plano. Cambiando de tema, tus investigaciones para tus memorias de máster siempre me han parecido muy interesantes. Nos puedes explicar, en pocas palabras, en qué te has centrado en tus investigaciones.
Jaume: Pues, desde hace ya unos años, me estoy dedicando a estudiar el fenómeno de la reparación en las conversaciones que se dan en el aula de ELE. Por reparación se debe entender la resolución de un problema dado en una conversación determinada. Como puedes comprobar, el constructo a simple vista parece muy vanal; sin embargo, encierra una gran cantidad de matices -más si tenemos en cuenta que estamos tratando con aprendientes de LE-; además, la reparación es un elemento clave para determinar que se produce adquisición de la lengua objeto de aprendizaje a partir de la conversación. Mi tesis doctoral, en la que estoy inmerso en estos momentos, presta atención a todo ello.
Guillermo: Nos tienes que mantener informados sobre tus avances. El tema es muy interesante. Bueno, y para ir cerrando y aprovechando que estos días hemos estado hablando sobre lo que “funciona” y no “funciona” en el aula, ¿a ti qué actividades te funcionan en la clase de E/LE?
Jaume: ¡Buena pregunta! Así, a bote pronto, creo que responderte es un poco difícil, ya que tras impartir clases en diferentes contextos educativos (y diferentes países, con alumnos con tradiciones educativas muy dispares) me he dado cuenta de que toda actividad puede “funcionar” hoy, pero ser un desastre mañana. Sin embargo, todos tenemos esos recursos prolijos que nos han salvado en más de una ocasión de “ofuscamiento didáctico”. Dos ejemplos de ello pueden ser, por un lado, el recurso a buscar la relación entre la noción tratada y el país/es de origen de los alumnos con un posterior trabajo de interacción oral por parejas o pequeños grupos para contrastar puntos de vista y, por el otro, un juego, con un dado, para practicar las formas verbales del tiempo verbal que toque presentar: pese a que en Polonia me miraban un poco raro al pretender practicar las formas gramaticales a partir del lanzamiento de un dado, los alumnos siempre han respondido positivamente.
Guillermo: Gracias, Jaume. Ha sido un placer tenerte en el blog.
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Fuente de las fotografías:
Profesor en apuros: A dos voces: Con Jaume Batlle http://t.co/7Ora3FEi
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Un placer leerte Jaume, como siempre…
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Primer párrafo después de la fotografía: banal 🙂
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🙂
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http://t.co/2NOplhpp @cometa23 @Jaumebatlle Muy bueno leeros! Gracias por compartir conversaciones! Ánimo con tesis y nuevos rumbos
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